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Advierten sobre crisis energética nacional
Advierten sobre crisis energética nacional

México enfrenta saturación en su red eléctrica y baja inversión en energía limpia; es vital la modernización y la incorporación de nuevas soluciones tecnológicas.

México atraviesa una crisis energética estructural, marcada por la saturación de su red eléctrica, bajo aprovechamiento de fuentes limpias y una creciente demanda derivada del nearshoring y la reactivación industrial.

Según el “Informe sobre el desempeño y las tendencias de la industria eléctrica nacional 2023”, sólo el 36.04% de la capacidad instalada proviene de energías renovables, mientras que 39.2% se concentra en ciclo combinado dependiente de gas natural y el 24.76% restante proviene de tecnologías contaminantes como turbogás y carboeléctricas.

Infraestructura saturada

En entidades como Coahuila, Morelos y Sinaloa se han registrado apagones frecuentes durante 2025, relacionados con la falta de mantenimiento, el envejecimiento de la infraestructura y la ausencia de respuesta oportuna por parte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

La capacidad de transmisión y distribución es insuficiente para cubrir la demanda de nuevas plantas industriales, centros logísticos y desarrollos habitacionales que requieren conexión eléctrica inmediata.

Ante esta situación, el Programa de Modernización de la Red Nacional tiene como meta que el 61.41% de la capacidad instalada provenga de fuentes limpias en 2038.

Para lograrlo, se requiere aumentar las inversiones públicas y privadas en infraestructura, así como adoptar soluciones de nueva generación que faciliten la estabilidad operativa del sistema.

Soluciones inteligentes

Una de las alternativas viables en el corto plazo es el uso de sistemas BESS (Battery Energy Storage Systems), los cuales permiten almacenar energía en horarios de baja demanda y liberarla durante picos de consumo.

En México, la empresa Quartux ha implementado soluciones de este tipo, integrando baterías industriales con inteligencia artificial para realizar arbitraje energético, controlar el factor de potencia y evitar penalizaciones.

Estos sistemas generan ahorros operativos y contribuyen a disminuir la presión sobre la red nacional. Empresas que adoptan esta tecnología logran mayor estabilidad en sus procesos productivos y reducen su exposición a interrupciones del suministro eléctrico.

El reto no es menor. Con una nueva administración federal encabezada por Claudia Sheinbaum, se espera una redefinición de la política energética que integre innovación, sustentabilidad y seguridad operativa.

México podría convertir su actual fragilidad energética en una plataforma estratégica para su crecimiento industrial y liderazgo regional, si decide acelerar su modernización.

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